miércoles, 27 de octubre de 2010

Deshacer el oficio

Querida:
                En tu ausencia prolongada he recuperado todos mis deliciosos espacios personales. Amigos, pasatiempos, delincuencias menores. No era cierto eso que decían, que debía preocuparme, que era hora de abrirle las ventanas a la pena para que viniera toda. He comprado plantas nuevas y un vestido. Las riego todos los días. Al vestido no. Sonrío, hago mi trabajo, visito a mi familia. Me he vuelto más rigurosa con mis hábitos alimenticios. Me aplico cremas y perfumes. Estoy pensando en cambiarme el peinado y también quisiera leer más. En las noches, salgo a caminar y muerdo bocados de viento y pólen. Lo hago a la hora en que solíamos hablar por teléfono, querida mía. Y no serás más mía. No tendré propiedades materiales ni fisiológicas. Seré libre. He tomado tu retirada con gran prudencia y serenidad. Claro que ha sido todo en nuestro beneficio. Los días pasados lo han constatado. Querida, quiero contarte que estoy bien y que estaré mejor.
Sólo un asunto pequeño me ha tenido en vela el día de hoy. Y es que he sentido la imperiosa necesidad de verte la cara. Quizás tan sólo escuchar tu voz, contarte algún acontecimiento, discurrir humores absurdos. Y entonces caí en cuenta de que ya no serás mía ni yo tuya y que seremos libres como el frío. He recordado que tomamos la despiadada determinación de separarnos y entonces ni tu cara, ni tu voz, ni tus humores absurdos. ¿Y qué hace una si cualquier día tiene el antojo de acercarle la mano a la otra? La mano, la yema de un dedo. Rozar, rozarte. ¿Qué hace una? ¿Qué hago yo, querida mía? Sólo ese pequeño asunto, la brasa en el vientre de no poder acercar mi yema. Nunca más.
Y sin embargo te aseguro que estoy bien. He ido de compras, limpié la casa, hice planes para el fin de semana.

6 comentarios:

  1. cuando tengo ganas de tomarla de la mano, me subo a un transporte público y me enlazo con el primer desconocido disponible. nunca resulta bien. nunca.

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  2. hermoso Rota, me hizo feliz y me llenó de orgullo (porque acá uno también viene a apropiarse un poquito de las palabras del otro, no?) la primera parte, me sentí identificada con la 2da porque tuve un lapsus similar hace unos días.
    En mi caso envié un mensaje que decía "hay días que paseo por la ciudad y te extraño", recibí una respuesta dos días después y vi reflejada en la dilación mucho de todo lo que había pasado entre nosotras.
    Y estoy bien.
    Me encantó la sinceridad del alter ego de M.
    un saludo!

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  3. Mabel desdoblada: Bueno, nunca está de más ese intento por encontrar el muñeco de cera de lo que fue nuestra amante, una pastilla certera o un placebo. Lo que sea que calme los dolores y los vacíos. Lo trágico es que hay que andarlo. No importa cuánto uno lo esquive. No importa que la doctora nos recomiende sobrinas chongas o que busquemos lo que sea en un encuentro casual de colectivo o subte. Lo que duele es lo que no está. Y no está y ese agujerito tiene un sólo encastre. Pero bueno... a veces los amigos suavizan los padecimientos. Ahí sí, no en el remplazo, he encontrado cobijo.

    Brilludis: Yo, por recomendación terapéutica hice "mutis por foro". Así me lo dijo. Y desaparecí para generar algo. Y lo generé. Pero cuando no se puede, no se puede. Y hay un músico muy sabio que dice "Cuando el amor no entra, no empujes que no va a entrar" (aunque a veces lo que no encaja no es el amor, sino la capacidad, los tiempos, las neurosis del otro).

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  4. "Y entonces caí en cuenta de que ya no serás mía ni yo tuya y que seremos libres como el frío"
    Me quedo con esa frase.

    Muy lindo todo el blog :) Me quedo a seguir leyendo! besote!

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