lunes, 15 de noviembre de 2010

Como la gripe

Me paro frente al espejo y me digo cosas. No realmente frente al espejo, porque estoy en el sillón, muy débil para levantarme, pero me visualizo así, frente al espejo rogándome: ¡que se me vaya! ¡que se me vaya!
He tomado decenas de analgésicos en generosas pastillas fumables. Respeté las indicaciones del médico cuando sugirió que tomara mucho líquido: así lo hice, en grados crecientes de graduación etílica; el alcohol mata gérmenes, ¿qué mejor?
Guardo reposo sumergida tres metros debajo de la tierra, enterrada en frazadas.
He practicado el control mental, el yoga, el psiconalisis. No ha servido de gran cosa: alma, cuerpo, mente, alineados en un mismo bolo de enfermedad.
Tengo focos infecciosos en línea recta, chakras monocromáticos y ni una lucecita prendida en el patio del fondo. Puntitos rojos apenados, poros cerrados, fiebre baja, piel escarchada.
La vomito desde hace una semana y no se me va del cuerpo.
Psico-ánima-somática.
Que se me vaya.

4 comentarios:

  1. Vaya si hay maneras poéticas y floridas para decir que uno se siente como la m....

    Admirable!!

    SAludos, cordiales

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  2. Qué placer esta pena de leerla mujer...
    Desde aquí, recordarle que nos debemos ese encuentro: vino mediante y el texto que tenemos que pensar. Idearla y materializar su vida en palabras será una gran experiencia..

    Mientras, sepa que desde algún vórtice del mundo alguien más procura hablar de cosas imposibles porque de lo posible se sabe demasiado.

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  3. Te leo y me recordas a Cortázar. Un dejo de Lamia y Mireille, mezclado con la Maga, o quizás Talita.
    Y me encanta.

    Gracias, por escribir así.

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  4. Emi: ja... muchas gracias. sí, ese es el intento. ponerle firuletes a la pena.

    Numaska: esa frase esta semana la he oído varias veces, también de quien tiene la imprudencia de no saber amarme. hablando de cosas imposibles...

    maru: epa... qué comparación! se agradece!

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