domingo, 7 de noviembre de 2010

Degustación

Tu lengua es una gelatina frutada. Y yo la espero deseosa, cada noche insomne, cada tarde enardecida. Tu lengua mojada juega a las escondidas detrás de tus besos secos. No se despliega; espera a que se macere mi locura. Y en mi espasmo sofocante, se asoma y humedece mis labios. Abro la boca y recibo tu lengua entera, gelatina sabrosa que cruza el límite de mi cuerpo. Ahora estás dentro mío. Todo lo que en mí podía contenerse, se ha desatado inexorable. Tu lengua se relame con mi lengua desenfrenada. Un movimiento lento y perverso. Tu lengua sabe de mí y juega al juego de la demencia. Dados sobre la mesa, ella ha ganado todas las partidas. Me dejo caer en la insania, porque tanto lo he querido. Cuando sale de mi boca, tu lengua pasea por mi cuello, sube hasta mi oreja y convulsiono desprolija, olvidada de mí, sentenciada a deshilarme íntegra. Vuelve a mi boca y se introduce hinchada, empapada de salivas. Chupo tu lengua para retenerla en mi interior, pero ella decide bajar hacia mi cuerpo y recorrer cada poro desesperado. Abatida, me ofrezco completa, esclavizada.
Tu lengua vive en mis días, en mis sueños, en mis piernas. Roba mi idioma, pudre mi dialecto. Y en silencio, jadeo el rezo de los condenados.
El Diablo hace una venia y aprisiono tu lengua una noche más.

2 comentarios:

  1. Ah bue, sublime. Te inspiró la marcha, el vino, el churro. En qué andás vos? Quiero de.ta.lles.

    Beso nena

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  2. Me gustó mucho eso de "jadear el rezo de los condenados"...
    Un placer leerte...
    y que el diablo siga haciendo venias nomás...
    Abrazo!

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